La primera de ellas es una técnica que utilizaremos cuando; hemos caído al suelo con nuestra arma de fuego en la mano y necesitamos volver a la verticalidad sin perder la cara al posible adversario o sin perder de vista el escenario del enfrentamiento en el que nos encontramos. Está demostrado mediante estudios neurofìsicos, que el ser humano cuando se encuentra en una situación en la cual corre peligro su integridad física, experimenta una serie de reacciones fisiológicas involuntarias que condicionan directamente la capacidad de reaccionar de la persona. Cuando el ser humano recibe un estimulo; sea este positivo o negativo, el cuerpo reacciona entrando en un estado llamado “estrés”, que si se agudiza se denomina “distres” y es el responsable de reacciones fisiológicas como: incremento del ritmo cardiaco, tensión en los grandes grupos musculares, y al final, huida, pánico o lucha irracional, en fin, situaciones preconcebidas por la parte automática o simpática de nuestro cerebro. También el instinto de supervivencia juega un importante papel en las situaciones en las que corre peligro nuestra persona, por lo que en la práctica totalidad de los enfrentamientos armados, vamos a reaccionar de la misma forma; por lo menos en un primer momento, ya que posteriormente cuando nuestro cerebro ha analizado la situación parcialmente, entra en juego nuestro cortex cerebral y reaccionaremos con acciones aprendidas y reacciones conscientes fruto de un entrenamiento previo.
En la mayoría de los enfrentamientos armados analizados, el sujeto que sufre la agresión en un primer momento tiende a caer al suelo, debido a dos motivos principalmente; el primero y más importante es que la persona al percibir una amenaza, en este caso, observar un arma de fuego o ser objeto de una agresión directa con cualquier tipo de arma, tiende a retroceder para alejarse del peligro, momento en el que es muy común caer al suelo ya que la atención está fijada en el foco de la amenaza y no percibimos obstáculos ni cualquier otro elemento que se encuentre a nuestro alrededor, (visión en túnel: solo podemos ver al agresor) por lo que terminamos en el suelo. En la segunda situación, hemos podido prever el peligro y nos encontramos con el arma en la mano, pero la situación ha evolucionado hasta la agresión o hasta el intercambio de disparos, y nuestro cuerpo vuelve a reaccionar. Durante el tiroteo nos hemos quedado estáticos en una posición con los dos pies paralelos y hasta que no finalice el primer intercambio de disparos no nos podremos mover, eso sí, nuestro cuerpo seguirá intentando alejarse de la amenaza y esto provocara que desplacemos el tronco hacia atrás y caigamos al suelo.
En cualquiera de las dos situaciones nos encontramos en el suelo y con nuestra arma de fuego en la mano, por lo que debemos levantarnos con la mayor rapidez posible y sobre todo con la mayor seguridad posible. En ese momento no sabemos si nuestro adversario está incapacitado totalmente o si existen otros agresores que en un principio no habíamos visto, por lo que hay que levantarse del suelo con el arma encarada al escenario en todo momento y hacerlo de una forma que nos permita una reacción rápida y segura en toda la secuencia del movimiento.
Esta técnica está basada en movimientos del arte marcial israelí KRAV MAGA, aunque con modificaciones para aplicarla directamente a la situación de enfrentamiento armado puro y duro. Partimos desde la posición tendido en el suelo de cubito supino (boca arriba) que es la forma en la que caeremos al intentar retroceder ante la amenaza, puede ser que caigamos sentados o que caigamos completamente hacia atrás: lo primero que haremos será colocar nuestra arma en situación de fuego, es decir encarada al agresor o al escenario del enfrentamiento.
Lo siguiente será colocarnos sentados y con el arma siempre encarada, para sentarse si alguien tiene problemas puede utilizar la mano débil como ayuda
Una vez así lo que haremos será apoyar la mano débil en el suelo a modo de estabilizador, con lo que tendremos una posición muy estable para hacer fuego si fuera necesario a una mano.
El siguiente paso será: utilizando el brazo débil y la pierna fuerte como dos puntos de apoyo, levantaremos el culo del suelo para poder pasar la pierna débil hacia atrás. La pierna pasara entre el brazo apoyado y la pierna fuerte en dirección oblicua hacia atrás.
Una vez así y sin haber perdido en ningún momento la cara a la agresión, nos incorporaremos para retomar la posición natural de tiro o para asegurar el escenario y enfundar nuestra arma.
A simple vista parece una ejecución complicada pero una vez que le coges el tranquillo te saldrá de forma automática y sin pensar. Además esta técnica basada en las artes del KRAV MAGA israelí nos sirve para cualquier caída en combate cuerpo a cuerpo, ya que si lo analizas, en todo momento estas de cara al adversario y además tan estable que ni con un empujón te pueden volver a tirar. Y como digo siempre: practicar y estudiar todas las técnicas que os lleguen y la que mejor os sirva usadla, no os cerréis en técnicas que ya sabíais, puede que algún día aprendáis otras mejores.
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